Docente que utiliza el cineforum como herramienta pedagógica para analizar el mensaje que nos quiere dar una película, el profesor Almarza se definió como no experto en cine africano, pero sí familiarizado con el análisis de películas, metodología y crítica cinematográfica, y nos introdujo poco a poco al film que íbamos a visualizar.
Timbuktú es una película del año 2014, del realizador Abderrahmane Sissako. Concebida inicialmente como un documental en el que reflejar la realidad de esta ciudad durante la Guerra de Malí. Finalmente , para no poner en peligro la vida de las personas que dieron su testimonio sobre las situaciones vividas, se rodó como una ficción basada en hechos reales, centrándose en la ocupación de Timbuktú por parte del grupo terrorista islámico Ansar Dine , que invadió el norte del Malí en 2012.
Por la belicosidad de la situación en el Malí, el rodaje tuvo que llevarse a cabo en Oualata, Hodh el Charqui (sureste de Mauritania).
A través de la Historia de Kidane , ganadero que posee vacas y vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, nos acercamos a la realidad de la vida bajo normas y leyes prohibitivas impuestas por los ocupantes radicales. En la ciudad, se vive bajo el régimen de terror de los yihadistas, donde está prohibido escuchar música, cantar, fumar.... Las mujeres ven limitadas todas sus facetas, y aunque algunas de ellas se niegan a seguir lo que le exigen, vemos cómo el terror sin razón, impuesto por normas sin sentido, acaba sometiéndolas porque la alternativa es el castigo hasta la muerte.
En medio de todo el imán de la ciudad, hombre beato de Fe y oración, pone en cuestión las decisiones de los ocupantes, porque no reflejan lo que Dios les dice a través del Corán. Es un Dios de Amor, no de odio y venganza. Los momentos de conversaciones con el imán son especialmente emotivos porque muestran como un hombre de Fe, intenta hacer entrar en razón a los radicales, que utilizan la Fe por la que él ha entregado su vida, como excusa para sembrar el caos y el terror,... y eso no es cosa del Dios del Corán.
Por otro lado, un hecho accidental, como la muerte del pescador Amadou por parte de Kidane, el ganadero, obliga a este último a enfrentarse a las leyes impuestas por los ocupantes extranjeros que nos hacen ver la contraposición de un hombre de Fe, que entiende la gravedad de lo sucedido y asume lo que Alá le imponga, pero les cuestiona que esa voluntad sea la que ellos como hombres bélicos quieran imponer.
Timbuctú es uno de esos films de obligada visión en los tiempos que corren, por un lado para ver cómo la violencia justificada por la Fe en el Dios del Corán, no viene de Dios ni es de un buen musulmán,... como refleja el propio imán en el film. Este punto destaca cómo este aspecto de la situación actual es algo que los propios musulmanes tienen que cuestionar desde dentro... ese radicalismo no viene de Dios.
Y, por otro lado de obligada visión para aquellos que no siendo musulmanes, y, desconociendo el Islam, eviten caer en prejuicios y tópicos que nos llegan a través de los grandes medios de comunicación.
Tras la película se abrió un enriquecedor debate en el que estos puntos se debatieron saliendo a la luz de los asistentes tópicos mal entendidos y experiencias vividas en otras latitudes del continente africano. Os esperamos en la próxima.
Pilar Núñez.






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